martes, 21 de mayo de 2013

EL TEATRO Y LA PUBLICIDAD

Mi última publicación me ha llevado a pensar que el teatro y la publicidad tienen muchas más cosas en común de lo que parecen, así como al ver un anuncio, no te paras a pensar en todo el trabajo que lleva detrás, de reparto, recursos, montaje...
Cuando la gente visualiza una obra de teatro su reacción suele ser buena, pero sacando los mínimos fallos que han sucedido por culpa del directo, sin fijarse en todo el trabajo que tiene detrás ni en el tiempo que han podido estar preparando o modificando cosas.

En mi caso, pertenezco a un grupo de teatro y por ello vivo la situación desde cerca, la gente suele comparar el teatro con el cine, o con la televisión, y no tiene ni punto de comparación, pues el teatro en directo, en escenario, conlleva más ensayo, más trabajo y sobre todo más riesgo, factores que los espectadores no suelen tener en cuenta.

Mi grupo de teatro es un pequeño grupo aficionado que nació como continuación a la actividad de colegio, y debido a los pocos recursos económicos no hemos podido profesionalizarnos.
En un principio puede parecer muy esclavo, pues hay que aprenderse los textos, meterse en el papel, preparar vestuario, maquillaje, atrezzo, montaje y desmontaje del decorado y del escenario.
Puede parecer que no merece la pena trabajar tan duro durante meses meses para una representación que dura poco más de una hora, pero creedme, yo digo SI  merece la pena, pues ninguna sensación es comparable a cuando te subes al escenario y ves a tanta gente espectante, dispuestos a gastar su tiempo en observar lo que tu estás haciendo.

Los nervios de un estreno, los pequeños ajustes de última hora, los imprescindibles imperdibles que lo mismo sirven para un roto que para un descosido, el maquillaje, asomarse entre las cortinas para ver cómo el patio de butacas va llenándose, la ilusión que te hace ver a alguien conocido entre el publico.. Por no hablar de cómo te envuelven los aplausos cuando has terminado, las charlas en el vestuario sobre los fallos de letra, de guión o de puesta en escena, y la esperada valoración de la directora, y siguiente bronca si es necesario.
Todo esto son, pequeños placeres que el resto de ámbitos de la vida no proporcionan, por lo menos en mi opinión, tal vez haya establecido la relación con la publicidad únicamente para hablar de ello, pero me parece que en ambos ejemplos subyace un trabajo que no es visible, que no forma parte del resultado pero si de toda la preparación.
Por ello os digo, que cuando acudáis a una representación teatral, por muchos fallos que haya habido, no olvidéis aplaudir con todas vuestras fuerzas, pues la gente que solemos estar arriba del escenario, os lo agradeceremos de corazón.



Para un actor no hay nada infinitamente mejor que un público agradecido.

(Dejo la página web de mi grupo de teatro por si a alguien le interesa http://mutisvalladolid.es/ )

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